Después del fracaso de la COP25 y con el impulso de la juventud para actuar, parece que hablaremos mucho del cambio climático y de la necesidad de descarbonización del planeta. Los datos reflejan que por muchos tratados que haya detrás, las empresas que más combustibles fósiles usan (petroleas, eléctricas, transporte marítimo, etc.) parece que lo hagan más que nunca, justo ahora que empiezan a haber sustitutos que bien pueden cubrir el coste de oportunidad (ya sea económico como mediambiental). Parece que ahora que hay alternativa, los deseos de las grandes economías del mundo, son acabar de amortizar toda la infraestructura creada para acabar de gastar lo que la tierra con tantos millones de años ha tardado en producirnos al tiempo que dejamos un planeta destrozado a nuestras futuras generaciones.
A día de hoy, desde Europa tiene claro que el fin de los combustibles fósiles será un realidad, pero parece que le de alergia tocar el tema. Aun sintiendo como está creciendo la competitividad de las energías limpias y los constantes avisos de calentamiento del planeta, la resistencia a esa transformación hace que la reeducación cultural de la sociedad hacia la descarbonización se pronostique lenta e insuficiente para el futuro próximo.
Para hablar de descarbonización, no hay otra salida que la de usar todos los medios que tenemos a nuestra disposición tecnológicamente hablando para desalojar de nuestro sistema cualquier tipo de combustión, sea del tipo que sea, para reducir las emisiones a cero.
Aun siendo pesimistas, vemos datos que pueden hacer ver un atisbo de luz:
- Quemar carbón para producir electricidad genera pérdidas, debido a la incesante competencia de la energía eólica y solar, y el gas, de menor coste, estas pérdidas podrían mantenerse en el futuro previsible.
- Parece ser que ya hay empresas que se han dado cuenta que cuesta más producir energía a través de combustibles que con energías renovables.
- Hay empresas que apuestan para dar un empujón a las baterías y pasarlas a otro nivel. Las baterías ya se estima que serán más rentables para la acumulación de energía que el gas en un futuro próximo. De esta manera las empresas ya se podrán plantear el olvidar nuevos proyectos gasísticos.
- Las grandes empresas del crudo, ya se están moviendo para que todo su accionariado acepte la transición a una economía baja en carbono, con la aceptación del Acuerdo de París.
Desde SEIT Instalaciones y como empresa que pretende estar a la última en energías renovables, tenemos claro que la transición energética hacia un mundo sin emisiones es el futuro. Pretendemos así, dejar clara hacia dónde va la tendencia en los tiempos que corremos y ofreciendo a nuestros clientes las mejores soluciones para afrontar todos los cambios hacia un mundo más saludable.
¡Ya sea con aerotérmia, placas solares, cargadores para vehículos, etc. Seguro que podemos ayudarte desde SEIT Instalaciones y contribuir a frenar el cambio climático!