La madrugada del sábado 24 al 25 de marzo adelantamos el reloj una hora para adecuarnos al horario de verano, por lo que a las 2 de la madrugada, eran realmente las 3. Este cambio de hora se ha justificado durante más de 100 años para proporcionar ahorro energético. Se trata de adelantar el horario para hacer coincidir el máximo de horas diurnas en la jornada laboral, permitiendo de esta manera un mayor aprovechamiento de la luz diurna. Al mismo tiempo, también se justifica este cambio de hora para adecuarnos al horario de verano, horario en el que hay más horas de luz.
La mayor parte de los países que usamos el DST (Daylight Saving Time), somos los países localizados en el Hemisferio Norte del Planeta. La Directiva Comunitaria rige el denominado “Cambio de Hora” desde 1981, el cual es de obligado cumplimiento para los estados miembros. Esta norma es de carácter indefinido desde 2001, por entenderse que “el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo”.
¿Ciertamente el cambio al horario de verano favorece el ahorro energético?
Este tema cuenta con detractores y defensores. Se dice que el cambio de horario favorece al comercio, a la práctica de actividades que se practican durante el día,etc… por otro lado no están claros los beneficios sobre la productividad, la agricultura o sobre la salud.
Al margen de las consideraciones personales, hay diversas informaciones que apuntan a que el ahorro energético que se produce a nivel internacional por el cambio de horario no es muy significativo, llegando incluso en ocasiones en que se incrementa el consumo de energía por la mañana. Por el contrario, en España, el estudio realizado en 2011 por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE ) concluyó que durante los meses con horario de verano el potencial de ahorro en iluminación es de un 5%, lo que equivale a 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones correspondería al potencial de los hogares españoles (lo que supone un ahorro de 6 € por hogar), mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria. Por tanto, en este caso, sí es significativo el ahorro de electricidad que se produce debido al cambio de horario y a nuestra latitud.
Si bien, como apunta el IDAE, el potencial de ahorro de energía depende directamente del comportamiento responsable que se lleve a cabo en cada hogar para prescindir de la iluminación artificial cuando no sea necesaria y de los sistemas de ahorro en iluminación y aprovechamiento de la luz natural (fotocélulas, sensores de luz, ventanales, programadores…) de los que dispongan los edificios del terciario e industrias.
Desde SEIT Instalaciones nos hacemos eco de las recomendaciones del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el IDAE para contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares aprovechando la luz natural, utilizando sistemas de regulación y detectores de presencia e instalando bombillas de bajo consumo, etc.